El Gran Gris

Pues nada, haciendo honor a lo oscuro de mi persona, hoy voy a poner algo de desesperación en el blog, un escrito de hace mucho tiempo... y desde luego no en mi mejor momento jajaja, pero hey, a pesar de lo inmaduro del escrito, me gusta.
Así pues, aquí lo copio, para alegrarle el día a quien lo lea jajajaja



Cuando tu vida deja de ser un tira y afloja con tu destino, cuando día tras día te das cuenta de que todo lo que haces queda atrás y no vuelve, cuando buscas momentos que den significado a una vida que no difiere de la de tu vecino más que en unas cuantas aleatoriedades sin mayor importancia, cuando todo cuanto has conseguido en tu vida se torna polvo en tu boca… y nada de esto te importe…Cuando ese momento llegue… espérame en el umbral, pues te daré la bienvenida a la realidad.

Sientes que tu mundo es una gran extensión de gris sobre la que caminan oscuras sombras… sombras proyectadas por borrones parloteantes que mucho hablan pero nada dicen…y que tan sólo alcanzas a distinguir después de que tus ojos se acostumbren a la exagerada luz que da vida a esas sombras y que forman tus deseos, tus sueños, las mil y una formas que tienes de intentar darle un significado, de aportar algo de color, a esa gran superficie gris que es tu existencia.

Te sientes especial, te has dado cuenta de todo esto. De lo fútil de intentar nada. Hagas lo que hagas tu vida será igual que la de los demás, no habrá nada que os diferencie, nada realmente importante. Nadie es feliz, pero tú al menos lo sabes. Eres consciente de toda la basura que te rodea y, si bien no piensas esquivarla, eres capaz de ignorarla y seguir caminando a pesar del insoportable hedor que llena tus fosas nasales.

Ya no hay luces iluminando los borrones para formar las sombras que daban vida a tu existencia. Ya únicamente alcanzas a distinguir los borrones entre la grande y gris explanada que parece brillar con una mortecina luz propia… Has eliminado tus deseos, tus sueños, lo que embotaba tus sentidos y te dificultaba el ser consciente de todo lo que te rodea. Ahora lo ves, eso es el mundo, borrones sin nombre que continuamente alzan la voz intentando que algo o alguien les escuche…

Ya nada te importa. Vivir… morir… qué más da. Parece que está igual de oscuro a ambos lados de la línea divisoria… Esos estúpidos borrones que tan sólo llegan a ver un poquito del Gran Gris y ya deciden quitarse la vida. Estúpidos. Al otro lado les espera lo mismo. La futilidad, lo inútil.

Un día te fijas en uno de los borrones. No sabes por qué, pero parece ser diferente al resto. El borrón tiene sombra, a pesar de que tus luces ya no iluminan su camino… este borrón tiene luz propia.

Pasan los días y el borrón parece persistir… no es algo transitorio, su luz cada día brilla más ante tus ojos y tú cada día te encuentras más obsesionado. ¿De dónde ha salido? ¿Por qué ninguno de los otros borrones ha reparado en él?

Finalmente decides salir de tu apatía. Te acercas y le preguntas su nombre al borrón. El borrón te mira…y el borrón te ve. Su sombra te sonríe, y empezáis a hablar…
Te das cuenta al cabo de un rato de que de repente el resto del Gran Gris se empieza a iluminar con una luz que parece nacer de entre vosotros dos, hasta casi resultar cegadora.

Pasan los meses, y el Gran Gris pierde por completo los atributos que le dieron nombre. La luz que emitís tu acompañante y tú lo ilumina todo. Te das cuenta de que no todo es inútil, a veces hay cosas que merecen la pena… eres feliz. A pesar de no existir gente feliz… tú lo eres, has trascendido la humanidad, sois una única entidad más allá del hombre.

Hasta que un día… te das cuenta, tu otro nunca ha visto realmente el Gran Gris.En un principio no resulta nada relevante, ahora eres feliz, sois felices. Pero con el tiempo empieza a haber diferencias, no de pensamiento, o al menos no es esto lo que te turba. Tampoco son los actos de uno u otro… son los sentimientos. Ves que vuestros sentimientos se enfrentan… y que de cada choque se escapan esquirlas de gris.

Parece que se acabó. El Gran Gris se ha apoderado de tu otro. Le ha robado su luz. Vuestra luz. Y a tu alrededor todo recobra su extraña iridiscencia… el borrón se funde entre la multitud de los sin sombra…

Y vuelves a estar solo.